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Lo urgente y lo importante


A veces lo urgente le quita el sitio a lo importante, lo eclipsa.

 

Cuando leo el cuento de mi hijo rápido porque me esperan para cenar.

Cuando tengo que atender una llamada de trabajo en una situación familiar.

Cuando no me acuesto con mi pareja porque al día siguiente madrugo y se ha hecho tarde.

Cuando la conversación con una amiga se queda a mitad porque me reclama un compromiso.

Cuando aprovecho la hora de la siesta para poner una lavadora en vez de descansar un rato.

Cuando contesto emails de trabajo en la cama en vez de leer.

Cuando me pongo a recoger y me pierdo las conversaciones de sobremesa.

Cuando me instalo en el hacer, sin escuchar, sin mirar.

 

Las cosas importantes aparentemente no urgen. No parecen tan necesarias, pero lo son.

 

No podemos vivir al margen de lo urgente, del trabajo, de las obligaciones y responsabilidades. No podemos vivir al margen del reloj. Pero recordemos que lo importante también urge y es lo que nos llena el corazón.