Miedo a la soledad
Ayer una paciente, que está viviendo una ruptura sentimental, me preguntaba: tengo miedo a estar sola, ¿eso es que soy dependiente?
No tiene por qué, claramente.
El miedo a la soledad es habitual y no tiene por qué significar dependencia emocional. El problema no es el miedo, sino cómo lo gestiono. Si el miedo a estar sola/o me hace buscar otras parejas compulsivamente, quizá sí exista esa dependencia. Pero si tengo miedo y me encargo de enfrentarme a él, la cosa va bien.
En estos casos, después de haber estado en pareja un tiempo, el estar solo es una novedad a la que me iré acostumbrado. Como todo lo desconocido, asusta.
Surgen miedos como:
¿Encontraré a alguien?
¿Me volverá a pasar lo mismo con las siguientes relaciones?
¿Quedan personas que merezcan la pena?
¿Dejaré de ser atractiva/o a medida que pase el tiempo?
¡Tranquilidad! Es lógico tener miedos. Recordemos que no somos pitonisas y que los miedos no suelen ser racionales, son sólo pensamientos.
Lo nuevo asusta, pero si aceptas tu realidad y empiezas a adaptarte a ella, verás cómo es mejor de lo que esperabas. ¡Incluso puedes llegar a verla estupenda!
Es immmmmposible controlarlo todo y ¡menos mal! Ni soy Dios ni quiero serlo, menudo marrón. Así que déjate llevar y verás cómo lo que al principio te asustaba, acaba teniendo su gracia.