Expectativas

A veces nos creamos o nos crean, expectativas altísimas:

El día de la boda será el mejor de tu vida.
Cuando te independices vas a ver lo increíble que es tener libertad.
Buah Cuba es un viaje de ensueño.
Cuando veas a tu hijo sentirás un amor que no habías sentido nunca.
En vacaciones es imposible estar mal.
La luna de miel es un viaje perfecto, ya verás.

¡Mamma mía! ¡¡¡¡Qué presión!!!!

Con estas expectativas es facilísimo que lleguen estos momentos y sienta que no estoy siendo tan feliz como debería. Yo suelo pensar, ¿sólo me pasa a mi?

Que no te cuenten rollos.

Las bodas pueden tener sus tensiones.
La libertad a veces puede saber a soledad.
Los viajes tienen momentos aburridos.
Conocer a tu bebé puede crearte emociones contradictorias o incluso rechazo.
En vacaciones nos preocupamos por cosas.
En la luna de miel se puede discutir (como lo oyes).

¡Y no pasa nada!

Da tranquilidad, ¿no? Yo pienso estas cosas y me quito 2kg de peso.

Los momentos chulos de la vida son así, chulos, no perfectos. Y se pueden saborear con sus imperfecciones. Así que dale al flow, y pasa de las expectativas irreales.