-->

Trátale como a un adulto


El otro día cogí un taxi, tenía muchas ganas de hablar (consecuencias de mi trabajo), y el señor que conducía me contaba:

«Yo tengo un hijo, aunque mi mujer piensa que tiene dos, porque siempre dice que soy como uno más».

Así es la realidad de muchas parejas. Tanto hombres como mujeres, podemos adquirir más papel de madre o padre que de cónyuge. Uno se acostumbra a llevar las riendas y el otro se acomoda en su rol. Mal rollito.

Si no quieres que se porte como un niño/a, será mejor que no le trates como tal.

Y esto sirve para todo tipo de relaciones. Amigas/os, hermanas/os, maridos, mujeres, novios/as, incluso padres y madres.

Recuerda que las expectativas que pones en la otra persona son clave, porque tendemos a hacer lo que se espera de nosotros. Por eso, si nos tratan como adultos competentes, será más sencillo que nos comportemos con madurez.

No podemos cambiar a las personas, pero sí la manera de relacionarnos con ellas, ¿te suena?