Retirar la palabra es una conducta pasiva con gran carga de agresividad.
Cuando dejamos de hablar con alguien con quien hemos tenido un conflicto, lanzamos mensajes como:
No voy a perder ni un minuto en ti.
Para mí ahora no existes.
Nada de lo que viene de ti me interesa.
No me importa lo que estás diciendo.
Esto huele a desprecio, ¿no?
En consecuencia, la otra persona se siente mal. No por lo que haya hecho, sino por el desprecio que siente al ser ignorado. O sea, que no aprende nada. Si cambia su conducta no será porque se ha dado cuenta de que se ha equivocado, sino porque quiere dejar se sentirse un fantasma.
Conclusión, es una técnica inútil de lo más.
Y, ¿si siento tanta rabia que no le quiero ni ver? ¿Debo aparentar naturalidad y hablarle como si nada? ¿Hay alguna alternativa realista por favor? No puedo ser una yupi en esos momentos, ya lo siento.
Algunas alternativas son:
«Mira estoy muy enfadada/o y si te hablo la acabaré cagando, así que me voy a tomar mi tiempo y retomamos el tema más tarde»
«Si te parece voy a estar un rato a mi bola hasta que me calme»
«Tengo tanta rabia que acabaré hablando mal, déjame un rato porfa»
La diferencia es que aquí comunicamos cómo nos sentimos y además expresamos que deseamos silencio🤫. De esta manera, no me callo para que aprendas, sino para calmarme yo. Qué distinto, ¿verdad?