-->

La verdadera empatía


Hemos crecido escuchando eso de «trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti». Claro, eso me ha llevado a actuar de esta forma:


A mí me gustan las bromas, por eso te tomo el pelo de coña.
A mí me encanta que me abracen, por eso soy cariñosa contigo.
A mí me gusta que me pregunten con insistencia cuando estoy triste aunque diga que no me pasa nada, por eso no desisto contigo.
A mí me encanta hacer deporte, por eso te regalo ropa running y a ver si te aficionas.

Con este método fallamos más veces y es frustrante porque la intención es buena.

Esta es la historia de los regalos boomerang. Lo hago con todo el cariño del mundo, pero quizá me ha faltado reflexionar acerca de lo que te gusta a ti.

La cosa es tener al otro como referencia, no a mí mismo. Evidentemente, manteniendo el respeto hacia mí y creando un vínculo sano.

Si te pones de verdad en la perspectiva de la otra persona (madre, padre, amiga, pareja...) te será mucho más fácil acertar en el trato personal.